viernes, 21 de marzo de 2008

Capítulo 3

3

Oscuridad y Silenció. Eso había en su habitación, un silencio solo quebrantado por el débil sonido de su respiración acompasada, y el rozar de las sábanas cuando se acomodaba entre ellas. Pronto el silencio se vio quebrantado por el horroroso timbrar del teléfono que se encontraba en la mesa de luz, junto a la cama. Inmediatamente sus ojos castaños se abrieron, mostrando el reflejo del modo abrupto en el que había sido interrumpido su sueño. Se giró sobre su cuerpo estirando el brazo, tratando de dar con el teléfono, tanteando, cuando lo halló descolgó la bocina y con la cabeza aún sobre la almohada la colocó sobre su oreja.

— ¡Hola Nicole! — La voz del otro lado de la línea sonaba alegre, entusiasta. — ¿Te desperté?
—Por todos los cielos, Naomi, ¿Qué haces llamando a esta hora?
— ¿Es muy tarde?
— ¡Son las 4:30 de la mañana!
—Lo siento, traté de dormir pero me estaba matando, ¡Necesito decirte algo, ya!
— ¿Qué cosa?
— ¡Vamos a casarnos!
— ¿Qué vamos a qué?
— Tu no, tonta, Anna y yo
— ¿De verdad? ¿Pero… pero cuando?
— La semana que viene ¡Se lo tenía muy guardado! Ya tiene todo listo, solo falta mi vestido ¡Mira que no me había enterado!
— ¿Así que la supuesta pelea del mes pasado no fue más que un pretexto para alejarte?
—Eso supongo… ¡Me voy a casar, Nicole! — Casi podría jurar que estaba saltando
— Que bien
— Espero que nos regales algo lindo
— ¿Ah?
— ¡Pues el día de la boda! Obviamente estas invitada…
—Gracias Naomi, pero a ese tipo de fiestas se va acompañado, y yo no tengo con quien…
— ¡Vamos! Seguro conoces a alguien…
—Bueno tal vez si… no sé
— ¡Perfecto! Mañana te llevo tu invitación ¡Ciao!
—Ciao… —En vano, Naomi había cortado la comunicación.

Se acomodó otra vez en la cama, tratando de dormir otra vez, dio un largo suspiro, algo irritada, para su buena o mala fortuna, Naomi era así y nada iba a hacerla cambiar. Tenía que pensar en invitar a alguien y nadie se le venía la cabeza; Nadie, excepto Joshua.

Continuará

sábado, 1 de marzo de 2008

2

—9:00 a.m—
La luz del sol se colaba por la ventana y yo abrí lerdamente los ojos, no tenía ánimos de levantarme, pero me obligue a abrirlos por completo al sentirme desnuda, recordé vagamente que había ido al bar la noche anterior, y me giré entre las sábanas. Miré a mi acompañante y ahogue un grito de terror. No era posible; tenía que haber estado verdaderamente tomada para no darme cuenta de que fácilmente podría doblarle la edad a aquel joven que dormía entre mis sábanas. Poco a poco las imágenes de la —fantástica— noche anterior se cruzaban por mi mente.

Quizá hice algún tipo de ruido porque Joshua abrió perezoso los ojos, y al verme sonrió
—Estas despierta
—Si… yo…
— ¿Ocurre algo?
—Lo de anoche… no debió pasar…
— ¿Por qué no? Si fue genial, eres maravillosa en la cama, Nicole
—Es que… dios, ¡Te doblo la edad!
— ¿Y? Vamos, no le des mucha importancia… de igual modo no lo aparentas
—Gracias, pero sigo pensando que no está bien. ¿Qué haría un chico como tu teniendo algún tipo de aventura con una vieja como yo?
—Primero, no estás vieja, y segundo, me encantas, ¿sabes?
— Calla…

Me senté con las sabanas cubriendo mis pechos pero con la espalda al aire, y me quedé pensativa un rato, no sabía por qué no me parecía correcto eso, aunque no podía negar la atracción que sentía por Joshua, ni lo fantástica que había resultado la noche anterior. Sonreí al recordarlo.
—Podría repetirlo
— ¿Qué dices?
—Que si tú te arrepientes, yo no
—Eh, Josh, yo no eh dicho eso, ah sido genial… pero…
—Pero ¿Qué? Tú necesitas a alguien, yo necesito a alguien… ahora nos tenemos el uno al otro
— ¿Qué estas proponiendo?
—Digo que podemos ser… algo así como amigos con derechos, ya sabes, sin ligaduras como me gusta, y con alguien en quien confiar como a ti te gusta.

Recargó su cabeza sobre su brazo derecho y me miró fijamente con esos ojos verdes tan hechizantes, sonriendo de medio lado. Tras pensarlo un poco eh aceptado aunque seguía pareciéndome incorrecto.

Echamos un pequeño polvo, como celebración, más tarde nos vestimos, desayunamos y poco después ah tenido que irse, me dejó su teléfono pegado a la nevera y se despidió besándome tiernamente en los labios.
—Espero verte pronto, Nicole. Me eh divertido muchísimo contigo —Guiñó un ojo con una sonrisa sexy en los labios —Más vale que me llames, si no lo haces vendré y te raptare a un hotel
—Lo haré  — Reí —No necesitas amenazarme
—Eso creí — volvió a sonreír y se fue

Cuando se ah ido me tiré en la cama nuevamente, algo me decía que no estaba bien. Pero decidí ignorar a esa voz, y hacerle caso a la voz que me decía que era lo más que podía conseguir de alguien. Y que mejor si ese alguien era tan guapo, lindo y buen amante como Joshua

 
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